Colombia - Comunidad de la Barra, Pacífico Colombiano.

"Mary, agua sal, caballito de mar, nalgas de algas, pez morena, negra de olas, vuelo de caracolas". María de los Ángeles Popov

Después de Cali viajé hacia el Puerto de Buenaventura, con destino al Parque Nacional Natural (PNN) Uramba Bahía Málaga, lo que continúa siendo parte de Valle del Cauca.

Tomé la camioneta para 5 personas sobre la vía Cali-Colombia (porque me quedaba caminando del barrio de San Antonio), sin embargo también pueden tomarse una mini-van o un bus en la terminal de autobuses de Cali. Salen casi cada media hora para Buenaventura, el costo del pasaje fueron 25,000 COP. El tiempo de traslado es de 2.5 hrs.

De copiloto en la carretera

Paro camionero sobre la vía Cali-Buenaventura

De la terminal de Buenaventura a 10 minutos caminando está el muelle con las lanchas para Juanchaco, primera playa del PNN. El costo del viaje es de 55,000 COP ida y vuelta, te advierten de tener cuidado con el boleto de regreso, ya que sin él no puedes abordar la lancha. 

Buenaventura


Muelle de Juanchaco

Después de llegar a Juanchaco tomé una moto en la que pasamos Ladrilleros y me dejó hasta un poco de antes de la Barra. Hay dos caminos para llegar a esta comunidad, uno es por la playa, ojo que sólo se puede pasar ahí cuando la marea es baja, el otro es por la "Trochita", camino rústico que por el barro la moto no pudo avanzar más. Así caminé hasta la playa por unos 20 minutos aproximadamente, cuidado con la mochila que uno se puede resbalar.

Trochita

La Barra es una comunidad afro-colombiana, cuya actividad económica principal es la pesca, aproximadamente habitan 500 personas. Es la última playa del PNN Uramba y la entrada hacia los manglares. Llegan pocos viajeros hasta este lugar, imaginen que eramos aproximadamente 25 en la comunidad, por lo que puedes disfrutar de la naturaleza casi con egoísmo. La playa, desafortunadamente, es víctima de la falta de cultura e información sobre el reciclaje, así como de la basura proveniente del océano y que viene a parar a esta playa, arrastrada por las corrientes. Sin embargo nada de esto minimiza la belleza del lugar, así como la enorme calidez de las personas.

Caserío

 

Desde este lugar se organizan viajes en lancha para la visita a los manglares y piscinas naturales, así como al avistamiento de ballenas, principalmente en los meses de julio a octubre. Es importante saber que debido al bajo flujo de viajeros en la Barra, los viajes son esporádicos, ya que se tiene que juntar al menos un grupo de 10 personas para que cualquier tour salga aproximadamente en 30,000 COP (en Ladrilleros y Juanchaco es más concurrido el servicio y más barato). Por suerte el día de mi llegada iban saliendo a los manglares un grupo de viajeros que estaban parando en la comunidad. Desafortunadamente a las ballenas habían ido en la mañana y yo perdía la oportunidad, ya que el siguiente tour no tenía fecha de salida y ya me había salido algo de mi presupuesto. La visita a los manglares y las piscinas naturales fue increíble.

Cabe mencionar que todos los alojamientos son modestos. Puedes encontrar dormitorios múltiples, privados y lugares para acampar bajo la premisa que es un lugar con cero comodidades, más que la grandeza y belleza natural, pero ¿que más se necesita?. Mi estancia fue en Casa Majagua donde Mario y Vivian, increíbles personas quienes me alojaron en  una habitación para mi solita con una cama, mosquitero y una repisa para poner mis cositas. La vista desde el área de hamacas era inmejorable, casi como estar en el paraíso. La habitación con desayuno estuvo en 25,000.

Vista desde Casa Majagua

Chaca

Puedes comprar verduras, frutas, golosinas, galletas, refrescos y cigarros en alguna de las 4 tienditas ubicadas en la comunidad, no todas están siempre abiertas, los precios son similares a los del puerto. Algo que vale la pena es guardar unos pesitos para poder probar la deliciosa comida que aquí se prepara. Yo siempre almorzaba y cenaba donde Oralia, es el primer alojamiento llegando por la Trochita. Disfrute durante tres días las delicias recién sacadas del mar preparadas con una sazón fuera de este mundo.

La Barra es un lugar encantador, por la noche te iluminas el sendero con una lamparita mientras te tropiezas con sapos por doquier, un encanto. La calidez de su gente, los tonos grisáceos y verdes de su playa y la densidad de su selva lo hacen un destino idílico, fuera de las comodidades de los destinos turísticos y desconectado de todo te da la oportunidad de reconectar con uno mismo.