martes, 24 de enero de 2017

Colombia - Salento y Valle del Cocora

En la terminal de autobuses de Cali tomé una van rumbo a la terminal de autobuses de Armenia, en el departamento del Quindío, con un tiempo de viaje de poco más de 3 horas por las paradas de la van para recoger pasaje. Ahí tomé un bus a Salento, el tiempo de distancia es de 45 minutos aproximadamente. El bus dejaba a unas 3 cuadras del centro del municipio. Había visto un par de hostales y el que mejor me había parecido el precio-ubicación era "Estrellas sin fronteras", un hostal super lindo y con muy buena onda, el costo en dormitorio múltiple fue 20,000. 

El municipio de Salento es pintoresco y versátil, tiene un lindo corredor de comercio, bares, restaurantes, tiendas de artesanías, joyerías, peleterías, etc., que finaliza en una larga escalera hacia el mirador, desde donde se aprecia una bellísima vista del pueblo. 




Al día siguiente de llegar a Salento partí rumbo al Valle del Cocora. Los willys salen del centro del pueblo desde las 6:30 am y tienen un costo de 3,600 COP. El trayecto hasta él es de 45 minutos y es una de las entradas para el Parque Nacional Los Nevados. Hice el trayecto de un día, pero puedes realizar la ruta hasta el nevado de Tolima que es de tres días haciendo descanso en los refugios que se encuentran en el trayecto.



Llegamos a la explanada de la entrada al Valle donde paran los willys, no hay costo de entrada. Tomamos el camino de la derecha en donde se inicia una caminata de 3 km en llanura, se aprecian hermosos paisajes, vacas pastando y la vista del cerro Morrogacho. Después de la planicie se ingresa en el bosque de niebla, en verano se escucha la fuerte corriente que lleva el río Quindío, el cual tenemos del lado izquierdo del trayecto. La zona boscosa es un poco pesada, y en época de lluvias es toda una aventura, mi recomendación es llevar unas buenas botas para andar en el barro (algunos chicos llevaban botas de lluvia pero no son recomendables para cuando empieza la pendiente), agua y algo de comer.  




Siguiendo el camino y pasando el río empieza un tramo difícil hacia Acaime (casa de los colibríes) unas 3 horas después de iniciar el recorrido, es la ruta más común. Llegando a Acaime el costo de la entrada es de 4,000 COP, en donde te ofrecen un refresco o agua de panela con queso, super recomendable además de la oportunidad de ver una gran cantidad de colibríes, especie endémica de la zona.




Coatí de sudamérica


Después de tomar un descanso en Acaime continuamos el camino hacia el Valle. He olvidado contar que el recorrido se puede hacer a caballo.  Una hora aproximadamente después llegamos a la Finca la Montaña, desde donde empieza el descenso hacia el Valle del Cocora. La vista del valle es impresionante, la palma de cera es el árbol nativo de Colombia y es la más alta del mundo alcanzando hasta los 60 metros de altura, la tala y comercialización de esta especie está prohibida. 






Nos sentamos a contemplar un rato y descansamos. Fue muy muy lindo. El regreso a los willys toma media hora y de ahí esperamos unos 10 minutos para salir hacia Salento. 



viernes, 13 de enero de 2017

Retratos de animales

"Hasta que gozamos de la oportunidad de amar a algún animal una parte del alma permanece dormida.” Anónimo.

Dentro de mis pasatiempos está sacar algunos recuerdos. Tengo una cámara que me regaló mi papá, es modesta pero le he sacado un buen provecho. Aquí unos cuantos...


Isis dándome el avión

Mónico

Araña en la casa del abuelo 

Chester 

Yunior

Se sabe bonito

Silver feliz


En el refrescante pasto

Añoso

De tímido en la laguna

Así partió

Gallo costeño


Gato de finca cafetera

Paisaje con llama 

Dame!



México - Parque Nacional Lagunas de Chacahua, paraíso terrenal.

       "El viaje no termina jamás. Sólo los viajeros terminan. Y también ellos pueden subsistir en memoria, en recuerdo, en narración... El objetivo de un viaje es sólo el inicio de otro viaje". José Saramago.

La playa es uno de mis escenarios favoritos, me encanta esa sensación de inmensidad, misterio y belleza que da el agua, junto con el sol, la fauna, el clima, su gente, etcétera. Me quedo corta describiendo lo que la playa me provoca. 



El Parque Nacional Lagunas de Chacahua es un área natural de ecosistemas tropicales que se compone de lagunas interconectadas por estrechos canales y que posee una invaluable flora y fauna además de una belleza escénica inigualable, la comunidad afromestiza que aquí radica tiene su fiesta principal el día 30 de diciembre. 


Belleza costeña
Ubicado en el estado de Oaxaca en la región de la costa, hay dos vías de acceso hacia este complejo, una por el zapotalito cuyo recorrido es en bote y camionetas (que describo más adelante) y la otra ruta por la carretera a San José del Progreso, esta vía es para aquellos que llevan auto. De ida hice la ruta por San José, después de carretera se adentra en terracería, algunos escenarios son muy bonitos a mi gusto, el camino da la sensación que te estás adentrando a otra atmósfera. El auto paró en Chacahua pero del otro lado de la laguna, para ir a la bahía de Chacahua tomamos una lancha, al llegar Erick el guía nos llevó a la palapa de Diego. Acampar no tiene ningun costo más que lo que desees consumir ahí. 


Diego fileteando la fresca pesca


Camino a Chacahua

Cascarita en Bahía


Más tarde Eric pasó por nosotros para llevarnos a la fluorescencia en la laguna. Nos cobró $120 pesos mx. El viaje duró como 2 horas, no salí de ahí arrepentida de nada.
No pude sacar fotos en la bioluminiscencia, pero ahí va mi experiencia. Es algo fuera de este mundo, no llegamos al atardecer, pero el cielo se pintaba hermoso, la calma del agua y el vaivén que relajaba daba una introducción maravillosa. No se veía la luna para ese entonces, así que es perfecto para observar el fenómeno, dicen que es mejor cuando llueve, seguro, pero vivirlo ya es increíble. La noche estaba tupida de estrellas, la bóveda celeste tenía un brillo y perfección impresionante. Me tiré al mar y realmente brillaba, uno mueve las manos, los pies y brilla, como si tuviera focos, la lancha dejaba una estela luminosa, parecía estar iluminada por debajo. Nadar ahí, esa noche, tumbada hacia arriba, tranquila viendo el cielo, las estrellas fugaces, pidiendo deseos, sonriendo, ahí, justo ahí, me enamoré de Chacahua.


Erick el guía
 Al día siguiente tomé un tour para ir a los manglares y el cocodrilario. Tuvo un costo de $165. En los manglares se pueden ver muchas especies de aves y crustáceos. Hacia la parte en donde estuvimos no hay cocodrilos, pero en algunas zonas muy lejanas han habido ataques, cuando el hombre irrumpe en la zona virgen. De los manglares obtienen la tichinda, almeja que crece en las raíces del mangle y que la utilizan para hacer diversos platillos. 





Posteriormente fuimos al otro lado de la laguna, en donde está el cocodrilario, ahí los cocodrilos se reproducen de forma controlada, no hay una cuota general sino una aportación voluntaria para el mantenimiento y las guías del lugar. En este caso fueron un par de pequeños quienes nos dieron el recorrido por este lugar. Personalmente me parece fabulosa la idea de incentivar a los chicos a realizar este servicio social ya que ponen en marcha una serie de mecanismos para estimular el desarrollo de la atención, lenguaje expresivo, memoria y cognición social. Bueno además de los cocodrilos, habían iguanas y cabras.




  

Para terminar este recorrido llegamos nuevamente a donde salen las lanchas del lado de la bahía, el sol estaba en su momento, el llenante permitía observar una laguna azul perfecta para nadar y antes de arribar, unos 150 metros antes saltamos del bote y nos fuimos nadando hasta la orilla. 




Ese día en la tarde aproveché para ir a ver el atardecer desde el faro, hay que ir al otro lado de la laguna, un chico hábil se echó a nadar para cruzarla, no es lejos, no es mucha distancia, pero te recomiendan que si no eres experto no lo hagas pues corres el riesgo de ser arrastrado por las corrientes. 
Hay una pequeña subida al faro, es recomendable ponerse un buen repelente contra mosquitos, Desde ahí la vista del atardecer es impresionante, además que se pueden observar los magníficos escenarios que rodean el Parque Nacional, la bahía, la laguna y la playa San Juan que es también mar abierto, tiene una longitud de aproximadamente 10 km, no hay construcción alguna más que una cabaña abandonada y el campamento tortuguero. Hay una piedra llamada "del arco" debido a la forma natural de túnel. Es una magnífica playa de oleaje moderado. 


Vista desde el faro de la bahía, la bocabarra y la laguna
El arco

Atardecer en San Juan

Los días posteriores disfruté de la bahía de Chacahua, la cual tiene una longitud de aproximadamente 16 km. Caminaba apenas unos 2 km y ahí la bahía era solo mía, pocos caminan la bahía más allá del primer kilómetro. El sitio es perfecto para relajarse y disfrutar del sonido del mar, hay que llevar provisiones y ponerse buen bloqueador puesto que no hay sombra donde refugiarse, pero todo vale la pena para tener una bahía para uno sólo. 



En el parque hay dos puntos de liberación de tortugas, uno está sobre la bahía, a varios kilómetros de distancia y el otro está en la playa de San Juan, aquí la liberación es casi diario aproximadamente a las 6 de la tarde. Desafortunadamente no pude estar en ninguna ya que en bahía la liberación es programada y en San Juan habían saqueado el campamento tortuguero, lo cual es común debido a los saqueadores de huevos y a los perros que también entran a comerse los huevos. 


El pueblo está dividido en dos, una parte de la población está del lado de la bahía y la otra está cruzando la laguna. Cuenta con una agencia policial, un centro de salud, la iglesia, la primaria y la telesecundaria. La gente es amable y cálida, la comida es inmejorable, me llevo en la memoria la bella sonrisa y amistad de sus habitantes. 

Nico el chocomilero
Tamales de almeja
El chico paletas

También hay dos mezcalerías en donde puedes degustar deliciosos mezcales jóvenes y reposados así como curados de sabores, el ambiente en la noche es muy agradable ya que en estos lugares se juntan locales y foráneos a pasar un rato verdaderamente agradable.



Llevaba un presupuesto de $300 pesos por día. La suburban Oax-Pto-Oax costó $400, la vuelta hacia Puerto fue así: $25 de la camioneta al pequeño muelle, ahí se toma una lancha rumbo a Zapotalito ($20), llegando a Zapotalito se toma otra camioneta hasta la carretera a Puerto, ahí puedes hacer dedo o bien tomar una suburban que van de Pinotepa Nacional a Puerto ($40). El viaje de un lado a otro de la laguna era de 10 pesos mx. 
Amanecer en la bahía

Atardecer en la laguna

Definitivamente Chacahua es un lugar al que siempre voy a regresar. La calidez de su gente, sus increíbles vistas, la claridad del agua, sus kilómetros de playa vírgen y la deliciosa gastronomía te da la sensación de que ese lugar cura todo adolecer y con tanta virtud, ¿cómo no se va uno a enamorar?



Colombia por Cali, avenida Colombia y sus alrededores

Y son negros puros, que aman su raza, sus ancestros, su cultura. 
¡Ay de aquel! Que se atreva a insinuar que estos negros no son negros porque les cambiaron la piel!. Dionicia Moreno Aguirre

Arribando al aeropuerto Alfonso Bonilla Aragón sentí el primer golpe de calorcito... siendo casi las 12 am, no veía la hora de llegar al hostal a cambiarme de ropa. El clima en Cali para el mes de julio era en promedio de 30°C. Tenía reserva para tres días en un hostal en el Barrio de San Antonio, conocido por su pintoresco estilo y lleno de vida a todas horas.


Arte urbano en San Antonio




Del Barrio de San Antonio, el centro de Cali está a unos 10-15 min a pie. Es una zona segura, aunque como siempre hay que tener ciertas precauciones, sobretodo si andas viajando solo. A mi me tocó un tipo en el corredor que se me acercó diciendo que era muy linda y me siguió un par de metros pero no pasó nada, son muy coquetos. De San Antonio salía hacia avenida Colombia, la cual sigue el cauce del río Calí y gracias a la cual es muy fácil ubicarse. Caminando toda avenida del río cruzas diversas calles del centro de la ciudad. Es muy agradable dar paseos por esta peatonal, en donde el fin de semana se reúne la gente con chela en mano para pasar un rato agradable.


Avenida Colombia



Sobre la avenida se llega hasta la plaza de la Alcaldía y el parque Simón Bolivar y justo enfrente del parque se ubica la Ermita, una hermosa iglesia de estilo neogótico que aunque pequeña es encantadora.


La Ermita
Llegando a la Ermita tomas la calle a la derecha, la cual te lleva directamente a la plaza Caicedo, en el corazón de la ciudad y alrededor de la cual transcurre la agitada vida de los caleños. Desde este punto se aprecia la Catedral de San Pedro y el Palacio Nacional. Se pueden encontrar vendedores ambulantes de tinticos (café) y pintaditos (café con leche), de sodas y dulces e incluso de frutas y chontaduros.


Vendedora de tinticos y pintaditos


La rumba callejera


Alrededor de la plaza encuentras variedad de puestos callejeros, de tiendas de chacharitas, comida, antojitos, en fin, el comercio envuelto en color y sabor. Caminando nuevamente en dirección del río está la Iglesia de San Francisco, en donde puedes conocer este importante complejo arquitectónico acompañado de un delicioso guarápo bien frío. 


Alegría caleña


Iglesia de San Francisco
A dos cuadras de la iglesia de San Francisco se encuentra el Museo del Oro dedicado a la cultura Calima dentro del apartado cultural del edificio del Banco de la República. Hasta el momento en que fui en Julio del 2016 la entrada era gratuita. 


 

La vida Yotoco
 Sobre la avenida Colombia, pero del lado contrario al centro se encuentra el museo la Tertulia, espacio cultural en donde convergen diferentes formas de expresión artística. El costo de la entrada fue de 7,000 COP entre semana.



 

 



La ciudad de Cali me enamoró con su gente, nunca faltaron los piropos de hombres y mujeres, aunque era yo quien me maravillaba con la lindura del color de su piel, sus ojos, su cabello, sus cuerpos y principalmente la calidez y cariño con el que se dirigen a ti, y más aún cuando saben que eres mexicano, crece la empatía, se despierta la confianza y la curiosidad de las personas se despierta, porque observé que Colombia tiene un especial cariño por México, y eso simplemente se siente y se agradece. 


Y volver, volver, volver... a Colombia otra vez!!